Bienvenidos sean a nuestra Área de no fumar, un espacio donde discutimos los diversos aspectos sanos y positivos de vivir sin humo, así como las diversas técnicas y leyes que existen para desalentar su uso y ayudar a los fumadores a limpiar sus pulmones, pero también la polémica desatada por el combate al uso y abuso del cigarrillo a lo largo y ancho del mundo. Aprovechen y respiren hondo, que este es un espacio para todos aquellos que disfrutamos del aire limpio, pero también de la sana discusión y el debate crítico.
01/05/12
Beneficios de
dejar de fumar (con video)
Estos son tan
sólo algunos de los beneficios que dejar de fumar le brinda. Empiece hoy mismo
una vida más sana, saludable y plena.
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Fumador rico, pulmón pobre: cómo quedan los pulmones después de 400 cigarrillos. (video)
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“Beneficios” de
fumar. Un corto de huevos para dejar de fumar utilizando psicología inversa
(video).
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Smoke the Smokers
(Propuesta número 142 del gobierno estatal de San Andreas –Promocional Grand Theft Auto San
Andreas-).
Una pequeña
muestra de lo que podrían llegar a ser las campañas antitabaco en un futuro si no
tenemos cuidado.
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Promoción del
deporte: cuerpo sano en mente sana y viceversa.
Una de las
mejores maneras que existen para convivir sanamente con otros, combatir las
adicciones y malos hábitos de todo tipo y llevar una vida saludable y llena de
logros y satisfacciones es practicar algún deporte, ya sea solos en nuestros
ratos libres o en equipo con nuestros amigos en una tarde de fin de semana. En
efecto, el deporte no sólo nos permite mantenernos en buena forma física, sino
también convivir sanamente con otras personas, conocer nuevos amigos, superar
nuestros límites y expectativas y fijarnos nuevas metas y proyectos. Una rutina
de ejercicio regular limpia su organismo de muchas de las toxinas que inhala
diariamente en el aire o consume con los alimentos, tonifica su masa muscular,
mantiene por más tiempo la juventud y funciones básicas de su cuerpo y le
permite sacar la presión del día y mantener una actitud positiva y una vida
saludable y activa, todo ello haciendo una actividad que a usted le gusta. ¿Qué
espera? Empiece a entrenar hoy y llene su vida de salud y sus pulmones de aire
limpio; no de humo.
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El tabaco no se anuncia.
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Invertir los
papeles: un concepto innovador.
En los últimos
días, nos hemos enterado de una propuesta sumamente original para hacer que los
fumadores empedernidos se den cuenta de lo molesto que resulta su hábito para
los a menudo involuntarios fumadores pasivos. Todos conocemos la legislación
vigente que dicta que quienes deseen fumar en áreas públicas sólo podrán
hacerlo al aire libre, en espacios acondicionados para ello con ventilación
apropiada, lejos de las mujeres embarazadas, los viejos y los niños. Sin
embargo un restaurante de carnes en Puerto Vallarta ha decidido darle un interesante giro a este
contexto desde hace unos años con la implementación de una original técnica: invertir los papeles.
Así, cada vez
que usted acude a comer a este lugar, si es no fumador, estará al aire libre
disfrutando de su comida mientras que si fuma estará encerrado en un espacio
reducido y con poca ventilación inhalando las emisiones de monóxido de carbono y otros
residuos que usted y los demás comensales sueltan en el aire. Por si esto fuera
poco, las paredes del área de fumar son de vidrio transparente, lo que permite
ver desde afuera la densa nata gris que se concentra poco a poco en el lugar a
la manera de una vitrina gigantesca, dejando a plena vista de todos lo que los
parroquianos que se encuentran del otro lado introducen en sus pulmones. Por desgracia, carecemos por el
momento de información confiable que nos hable de la efectividad de esta
técnica, pero no deja de ser sumamente original y –aunque viola las leyes
establecidas- ha realizado el sueño de varios fumadores pasivos: darles a los
fumadores una cucharada de su propio jarabe, al hacer que sean ellos y no los demás quienes se
ahoguen con el humo que ellos mismos producen.
Agradecemos a nuestra corresponsal Dania Trejo por proporcionarnos este interesante dato.
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El tabaco no se anuncia.
Ciertamente,
una de las medidas más visibles de la campaña anti-tabaco global, precisamente
por la invisibilidad que provoca, es la prohibición expresa de anunciar
productos de tabaco en los medios de comunicación o de promocionar su uso de
cualquier manera. Atrás quedaron los artículos promocionales y las épocas en
que las compañías tabacaleras patrocinaban maratones y escuderías de
automovilismo. También se acabaron los tradicionales cigarrillos y habanos de
chocolate con los que muchos crecimos de chicos. Si bien no podemos
decir que sea una medida del todo efectiva –después de todo, el consumo de
tabaco sigue ahí- o del todo apropiada –por el simple hecho de que pretender
que una situación no existe no la elimina- si se ha logrado detener o por lo
menos retrasar hasta cierto punto el consumo de tabaco por parte de los niños y
jóvenes, que se enteran relativamente más tarde de su existencia. Por supuesto,
aún es temprano para evaluar los efectos a largo plazo de esta medida, por lo
que sólo el tiempo nos dirá si es parte de la solución –convirtiendo el cigarrillo
en algo banal que no amerita la atención pública- o parte del problema
–convirtiendo al cigarrillo en algo prohibido y, por lo tanto, deseable- cuando
no una simple cortina de humo diseñada para tratar de tapar el sol con un
dedo.
Campañas de
shock en cajetillas de cigarrillos y empaques de tabaco.
Todos las hemos
visto en algún momento: cajetillas de cigarrillos y empaques de tabaco poco
atractivos y llenos de advertencias, reproches regaños y amenazas veladas –y
otras no tanto- dirigidas a los fumadores, completas con espeluznantes
fotografías que no hacen ninguna concesión estética, ética o moral: ratas
muertas, cánceres bucales espantosos, pulmones calcinados, fetos deformes,
hombres amputados, dientes amarillos y niños con respiradores saludan desde los
estantes a cualquiera que pretenda comprar su tabaco del día o de la semana,
recordándole que participa en la rifa del próximo ataúd.
Todos sabemos
que están ahí, pero ¿realmente son efectivas? Recientemente, las autoridades
mexicanas propusieron aumentar nuevamente el precio de los cigarrillos, junto
con el tamaño e intensidad de estas advertencias, lo que nos habla mal –por
decir lo menos- de esta iniciativa. Muchos fumadores han externado su desagrado
ante esta campaña, no tanto por el asco o miedo que pretende inyectar, -muchos
tapan las imágenes y advertencias o simple y llanamente las ignoran- sino por
el simple hecho de que injuria y criminaliza a quien va dirigida en lugar de
concientizar a la gente sobre los riesgos del tabaquismo, que en principio es o
debería ser su fin primordial. Incluso se han visto casos de fumadores que,
tomando el asunto con un toque de humor negro, han comenzado a coleccionar los
diferentes diseños de cajetillas, intercambiando los que les faltan con sus
amigos con el objetivo de completar la serie con tantas marcas de tabaco como
sea posible (hecho aún no documentado, pero presenciado personalmente por el
autor de este texto). Personalmente, y lejos de justificar su uso, consideramos
que esta campaña constituye, además de un burdo acto de terrorismo de estado y
un atentado flagrante contra las libertades civiles y el libre albedrío de los
ciudadanos, una práctica difamatoria que ha tenido en conjunto pocos y
contraproducentes resultados que no sólo no alejan al fumador del hábito, sino
que además favorecen su discriminación y satanización social y dan una mala
reputación a la lucha contra el tabaquismo, rodeándola de un halo de
puritanismo santurrón, hipócrita e intolerante que prefiere arrinconar y
excluir antes que concientizar y ayudar.
Así, ante lo
que percibimos en la redacción como un rotundo fracaso de la iniciativa, aunque
sin dejar de reconocer el aspecto coercitivo del terror puro, proponemos un
modelo exclusivo de cajetilla que podría alejar efectiva y definitivamente a
muchos fumadores mexicanos del hábito cotidiano de llenarse los pulmones de
humo. Otra leyenda muy efectiva podría ser: “Si fumas vas a terminar viéndote
así”
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Cajetillas
genéricas sin marca (pero muchos regaños).
Una extensión
natural de las cajetillas con imágenes de shock la constituye una iniciativa de
ley reciente que, ya aprobada en Australia y actualmente discutida en varios
países en donde la legislación antitabaco es más dura (particularmente Estados
Unidos, Canadá, el Reino Unido y varias naciones de la Unión Europea),
obligaría a las compañías tabacaleras y comercios a partir de diciembre del
presente año a vender los cigarrillos y productos de tabaco en empaques y
cajetillas blancos genéricos con la marca impresa en letras pequeñas de
máquina, sin ningún atractivo visual más allá de los ya tradicionales regaños y
fotos de espanto. Esto pretende alejar al fumador bajo el supuesto de que se
siente inclinado a fumar incitado por el atractivo visual del diseño e imagen de
una marca determinada o la mística asociada a ella. Personalmente, esto nos
resulta poco probable, y más tomando en cuenta que, por disposición oficial,
los productos de tabaco ya ni siquiera aparecen anunciados en ningún lado desde
hace un buen tiempo, pero se trata definitivamente de un intento por extender
los alcances de las leyes antitabaco actuales junto con el factor de exclusión
y discriminación social que las define. En nuestra forma de ver, no sólo se
trata de una medida cuestionable y poco práctica, por el simple hecho de que
fomenta confusiones y pérdidas de tiempo innecesarias en los comerciantes y
consumidores, sino también contraproducente y altamente nociva en el sentido de
que si los contrabandistas ya la tenían fácil falsificando marcas de tabaco y
fabricando cigarrillos piratas sin ningún control de calidad, esto equivaldría
prácticamente a regalarles el mercado haciendo que hasta un particular sin
experiencia ni escrúpulos sea capaz de fabricar, embalar y filtrar en los
comercios todo tipo de imitaciones baratas que no harían sino poner en serio
peligro al fumador y a las personas a su alrededor y perjudicar a un importante
número de comercios de forma irreparable. No quisiéramos ser fatalistas,
chicos, pero tan sólo recuerden lo efectiva que fue la prohibición total de
alcohol en Estados Unidos en la década
de 1920 y dígannos si aún así vale la pena seguir adelante con esta legislación.
Antecedentes de
la lucha contra el tabaco
Henry Ford y
los pequeños esclavistas blancos.
Para muchas
personas, el empresario estadounidense Henry Ford es sinónimo del automóvil
–que dicho sea de paso no inventó, como creen algunos-, para otros, es un
modelo de organización empresarial, un filántropo extraordinario y el héroe
estadounidense por excelencia; algunos pocos más asociarán su nombre al del
industrial antijudío que se adhirió en pensamiento –al menos en un principio- a
la cruzada nacional hitleriana que llevó a los nacional-socialistas al poder y
a Alemania a la Segunda Guerra Mundial como cabeza de las potencias del Eje,
pero pocos son capaces de imaginar al multifacético señor Ford como un guardián
de la moral y de las buenas costumbres, defensor de los principios del Estado
de Bienestar de Roosevelt, creador del paternalismo en la industria y
partidario inconmovible de la abolición del vicio y la perdición moral, todo lo
cual lo colocó como uno de los centinelas naturales del espíritu puritano y prohibicionista
estadounidense que daría como resultado la infame ley seca nacional conocida
como Prohibición, que pretendía erradicar principalmente el vicio de la
ebriedad, pero también otras degradaciones morales que, se pensaba, pudieran
distraer al ciudadano ordinario de la América protestante de sus sagrados
deberes de trabajar día y noche en pos de la gloria divina y rezar en la
Iglesia los domingos en busca de algún adelanto de salario. Entre esta lista de
vicios se encontraban la holgazanería, la fornicación, el juego y cualquier
tipo de distracción ociosa –léase simplemente distracción- entre las que se contaban (lo adivinaron
chicos) los cigarrillos, que Ford denominaba “los pequeños esclavistas
blancos”.
Para Ford, era
evidente que los cigarrillos encadenaban a los fumadores, llevándolos a gastar
cada vez más y más dinero en tabaco, tomar pausas frecuentes o ausentarse de
sus labores por motivos de salud, todo lo cual resultaba contraproducente y
perjudicial para su negocio, pionero de las cadenas de montaje y la producción
masiva, en que un minuto perdido equivalía a un dólar perdido –que, dicho sea
de paso, en esa época era bastante más dinero que hoy en día-. Por ese motivo,
y mucho antes de que el comité general nacional de cirujanos de los Estados Unidos
declarara abiertamente al tabaquismo
como riesgo sanitario en 1964 y la medicina mundial empezara a estudiar en
profundidad el tema, el señor Ford se dio a la tarea, entre muchas otras
acciones, de publicar en 1914 un pequeño libro destinado a los niños de sus
obreros titulado The Case Against the Little White Slaver (El caso en contra
del pequeño esclavista blanco) en donde, basado en la información
científica disponible en la época, aunada a su visión ideal del individuo,
buscaba alejarlos del vicio del tabaco y convertirlos en hombres y mujeres
respetables, responsables y
trabajadores, limpios de cuerpo, pensamiento y costumbres, fijando con ello sin
saberlo el precedente más directo de lo que actualmente conocemos como la
llamada Educación para la salud y las campañas de concientización sanitaria de
la actualidad.
Para deleite de
nuestros lectores, les ofrecemos para su lectura y análisis una versión
electrónica en inglés de dicho texto, disponible en la siguiente dirección: http://medicolegal.tripod.com/ford1914.htm
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